miércoles, 18 de mayo de 2011

codigo de etica

El hombre es un ser social, y dentro de la sociedad realiza ciertas actividades como lo es ser integrante de una familia; pero una de las más importantes es la actividad profesional. Se entiende por profesional a “una persona que de acuerdo con ciertos parámetros establecidos jurídicamente por la sociedad, y después de recibir la debida instrucción y capacitación superior, tiene encomendada, de manera habitual, una tarea específica que debe cumplir en beneficio de los demás, recibiendo por este trabajo la debida compensación pecuniaria. Y con otra perspectiva, la persona puesta al servicio de los demás, que vive para su profesión y debe vivir de su profesión”. De esto se deduce que en profesional tiene derechos como la remuneración y tiene deberes hacia su empleador como cumplir con el trabajo encomendado; también tiene deberes hacia la sociedad, ya que, analizando la definición dada, es ésta la que establece los parámetros que permiten que un individuo se capacite y sea privilegiado ejerciendo una profesión. Por lo tanto un profesional no sólo debe ejercer su trabajo, sino que debe ejercerlo bien, ya que éste tiene un fin social, que consiste en atender adecuadamente cada una de las necesidades que la sociedad debe satisfacer, para contribuir así al bien común. Estos trabajos pueden estar relacionados con salud, justicia, comunicaciones, seguridad y otras necesidades.

CONFLICTOS ETICOS
Faltará al honor y a la dignidad profesional aquel Contador Público que directa oindirectamente intervenga en asuntos que atenten a la moral.

El Contador Público no deberá utilizar sus conocimientos profesionales en tareas que atenten a la moral.

 
2.3 El Contador Público esta obligado a sugerir a su cliente la mejor opción para el

 
desarrollo del trabajo profesional que le sea requerido.

 
2.4 El Contador Público se abstendrá de aprovecharse de situaciones que pueda

 
perjudicar a quien haya contratado sus servicios.

 
2.5 El Contador Público es responsable de sus actos y considerando culpable de un acto

 
de descrédito para la profesión, si al expresar su opinión sobre el asunto que haya

 
examinado o sobre cualquier información de carácter profesional:

 
a) Encubre un hecho importante a sabiendas que es necesario revelarlo, para que

 
su opinión no induzca a conclusiones erradas;

 
b) Deje de manifestar expresamente cualquier dato importante que daba

 
mencionarse en los estados financieros o en sus informes y del cual tenga

 
conocimiento;

 
c) Incurre en negligencia grave al emitir el informe correspondiente a su trabajo,

 
sin haber cumplido las normas de auditoria exigidos por las circunstancias,

 
para sustentar su opinión profesional sobre el asunto examinado;

 
d) Siendo de su conocimiento, no informe sobre cualquier desviación substancial

 
de las normas de contabilidad generalmente aceptadas o de cualquier omisión

 
importante aplicable en las circunstancias del caso que él ocupa; y

 
e) Aconseje falsear los estados financieros o cualquier otra información de su

 
cliente o de las dependencias donde presta sus servicios.

 
En suma, las opiniones, informes u documentos que presente el Contador

 
Público deberán contener la expresión de un juicio bien fundado, sin ocultar o

 
desviar los hechos de manera que pueda inducir a error.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Reglas de acentuación

Según la posición de la sílaba tónica dentro de la palabra, se distinguen cuatro reglas de acentuación:

Palabra aguda u oxítona

Es aquella palabra en la que la acentuación fonética recae en la última sílaba. El porcentaje de palabras agudas en el léxico castellano es inferior solamente al de las palabras graves, que son la mayoría. Llevan acento ortográfico las palabras agudas que terminan en -n, en -s o vocal (salvo que la -s esté precedida por otra consonante en -ns). Ejemplos: sofá, café, sentí, salió, tabú, camión, además. manriquez gonzalo, usandivaras giulianna

Palabra grave, llana o paroxítona

Es aquella palabra en la que la acentuación fonética recae en la penúltima sílaba. La mayor parte del léxico castellano está compuesto por palabras llanas y éstas en su mayoría terminan en -n, -s o en vocal, tales como hombre, caminas o suben. El acento ortográfico lo llevan las palabras llanas que terminen en una consonante distinta de las anteriores, como Bolívar, débil o cárdex. También se acentúan cuando terminan en -s precedida de otra consonante.

Palabra esdrújula o proparoxítona

Es aquella palabra en la que la acentuación fonética recae en la antepenúltima sílaba. En castellano todas las palabras esdrújulas siempre llevan tilde (acento ortográfico) en la vocal donde recae la acentuación. Algunos ejemplos de palabra esdrújula son: teléfono, informática, enciclopédico, lágrima, cárceles, árboles, esdrújula.

Palabras sobreesdrújulas

Es aquella palabra en la que la acentuación fonética recae en la trasantepenúltima sílaba. Las palabras sobresdrújulas llevan tilde (acento ortográfico). No obstante, en el caso de adverbios creados a partir de adjetivo con el sufijo -mente, solo se acentuarán en el caso de que el adjetivo lleve la tilde por sí solo. Por ejemplo, la palabra fríamente lleva tilde puesto que el adjetivo del que está formada (frío) también la lleva, sin embargo efectivamente no la lleva ya que tampoco la tiene efectivo.


referencias

lunes, 2 de mayo de 2011

COMO HACER PRODUCTIVAS LAS REUNIONES

Las reuniones de trabajo son una herramienta utilizada para elaborar planes, diseñar estrategias, evaluar desempeños, fomentar la participación de los empleados,... pero algunas veces resultan poco efectivas por que resultan aburridas y no son tomadas con la seriedad que merecen.
Las reuniones de trabajo son pan de cada día en las empresas y particularmente al interior de grupos y equipos de trabajo, se entiende que son un buen ejercicio de integración y comunicación y que en conjunto resulta más efectivo el desarrollo de ideas y planes de acción para una división, un departamento o toda la empresa, pero tanta reunión aburre a los miembros de los grupos y después de un tiempo los resultados de las mismas son mínimos o nulos.

Las siguientes son las siete fallas más frecuentes de las reuniones de trabajo y algunos elementos que permiten solucionarlas [1]:
Falla 1. La gente no toma las reuniones con seriedad, llegan tarde, se van temprano y la mayor parte de la reunión no prestan atención.
Para solucionar este problema hay que hacerle entender a la gente que las reuniones hacen parte de su trabajo. La peor frase para dar por terminada una junta es "la reunión terminó, pueden volver a trabajar". Grave error, cómo tomarán los asistentes esta sentencia, ¿qué estábamos haciendo entonces? se podrán preguntar y muy seguramente a la siguiente reunión llegarán tarde, buscarán excusas para salir antes de lo previsto o no asistir y no prestarán la
menor atención al desarrollo de la misma.
Una buena táctica para hacerles comprender que las reuniones son parte importante del trabajo es ubicar en lugares visibles del recinto, para cada reunión, una serie de avisos en los que se hagan preguntas como: ¿sabe cuál es el propósito de esta junta?, ¿sabe cuál será su participación en la reunión?, de esta manera se está involucrando a la persona en el desarrollo de la reunión, sabrá de antemano que la junta tiene un propósito específico y que su presencia es necesaria.
Falla
2. Son demasiado largas
Los  expertos aconsejan que la duración máxima de una reunión productiva debe ser de 90 minutos. Si se muestra a los organizadores y a los demás participantes, después de una larga junta de tres o más horas, que el tiempo es oro y se les enseña cuánto dinero cuestan las reuniones demasiado extensas seguro que a la próxima irán al grano y se dejarán de rodeos. Se pueden utilizar además herramientas tecnológicas para hacerlas más ágiles.
Falla
3. Se divaga más de lo que se discute.
El aprendizaje en equipo implica dos prácticas, diálogo y discusión, el problema es que las personas se estancan en el diálogo. Hay que estructurar una agenda y ajustarse a ella, determinar tiempos para cada asunto clave y respetarlos, no es cosa del otro mundo.
Falla
4. No pasa nada después que la junta termina, las decisiones no se convierten en acciones.
El problema no está en que la gente sea perezosa o irresponsable sino que cada quien sale de la reunión con una percepción diferente de lo que debe hacerse, por ello lo adecuado es trabajar sobre documentos comunes. No se trata solo de tener una reunión, se trata de crear un documento que lleve a la acción común. La reunión es el medio para conseguir un plan de acción.
Falla
5. La gente no dice la verdad.
Es una falla común que se acentúa por una cultura de negocios orientada a la culpabilización. A la gente le da miedo expresarse sinceramente por temor a posibles represalias o simplemente porque cree que sus opiniones no serán tomadas en cuenta. Para solucionarla se puede habilitar el mecanismo del anonimato, que cada quien exprese lo que verdaderamente piensa y siente sin temor a ser "cogido entre ojos" por ello. La tecnología permite ampliar esta posibilidad, por ejemplo a través de foros de discusión (en internet o intranet) en los que el personal no tenga que revelar su identidad.
Falla
6. Siempre hace falta información lo cual genera aplazamientos en la toma de decisiones críticas.
Antes de planear cualquier reunión hay que asegurarse que los datos requeridos ya se han recolectado, de lo contrario la pérdida de tiempo será inmensa y la frustración mayor.
Falla
7. Las reuniones no mejoran, se siguen cometiendo los mismos errores.
Muchas veces no mejoran simplemente porque nunca se hacen bien, hay que tratar de mejorar en cada junta, que cada reunión sea mejor que la anterior, que haya más espacios para la creatividad, el aprendizaje en equipo y la diversión, dando prioridad a la acción, a la toma de decisiones y por encima de todo a los resultados, de otra manera jamás se motivará a los individuos para que las tomen en serio y saquen buen provecho de ellas

REFERENCIA
http://www.gestiopolis.com/canales/gerencial/articulos/29/reuniones.htm